Tuesday, August 10, 2010

Te extraño, cariño

en mi nido tu sonrisa

de hajos y plumas

porque levianos

como si fuerán manos,

una trás una
aferrando en la brisa
su instante de aguiño


Te remedo, amada

en todo tu hueco aceno

que encerra el amor de gorra
qual una madre en su hijo
hilando en el cuerpo bedijo
trillos de su modorra:

mi cuerpo de ti ajeno

si ti es en mi tajada



Por eso te exucho, guapa

a tus mistérios y olores

a tus dedos y dientes

escurriendo en mi sueño.
Yo que sin un amaño
y tu una rica serpiente
atosigando en rigores
hasta la boca que empapa.

Carol Bensimon.